4 CLAVES PARA EL CONCIERTO PERFECTO

En la vida de todo músico, llega ese fantástico momento en el que se presenta el primer concierto.

Suele aparecer como una primera audición del conservatorio y en todos, o casi todos los casos, suele ser una situación horrible (sudores, nervios, estrés, miedo escénico…), aunque una vez terminado, si la actuación salía como esperábamos nos invadía una agradable sensación de euforia y  victoria. Claro está que todos los casos no son así. Si el resultado era el contrario, es entonces cuando las lágrimas hacían su primera aparición musical.


Todos los que hemos hecho más de un concierto, hemos salido al menos una vez malparados de alguna actuación y en un alto porcentaje, viene por una falta de preparación. Claro está que hay muchísimos factores que influyen en cuanto subimos a un escenario, y pueden suceder esas “cosas del directo” que pueden asesinar en un segundo una fantástica actuación. Un ejemplo lo tenéis AQUÍ.

¿Cuál es la diferencia entre un buen concierto, y un conciertazo? Te damos las claves para averiguarlo:

PREPARACIÓN

De aquí depende que salga mal, regular, o espectacular el concierto. Es la parte principal en el proceso de preparación antes de la actuación. El estudio individual.

Dependiendo de la dificultad de las piezas, de la rapidez del músico en el aprendizaje de la música, de la experiencia profesional o del interés de cada uno, la cantidad de tiempo necesario para la preparación de un concierto varía considerablemente.

Si hay algún pasaje que no te sale del todo bien, no creas que el día del concierto tendrás una inspiración divina y el instrumento tocará las notas como por arte de magia… Estudia. No hay más misterio. Si ese pasaje no te sale habiéndolo estudiado doscientas veces, repítelo mucho más lento unas cuatrocientas veces más, como dijimos en el POST ANTERIOR.

ENSAYOS CON LA ORQUESTA/GRUPO

Como decía un maestro mío, el maestro Galduf: “Si no obriu les orelles, açó va malament…” Sería algo como que si no abrimos las orejas, la cosa no va bien.

Cuando tocamos en un grupo, en una orquesta, o ya sea con otro compañero, debemos escuchar todo a nuestro alrededor, desde el tempo, armonías y la afinación. Es importantísimo saber cuál es nuestro papel en todo esto, desde acompañar con un triángulo a solista de cello en una gran orquesta, saber cuál es nuestro rol y siempre escucharnos a nosotros mismos y a nuestros compañeros.

ENSAYO GENERAL

Revisa el equipo completo, los instrumentos, partituras… Casi siempre, el lugar en el que ensayamos no es el mismo en el que vamos a hacer el concierto y es muy importante que tengamos en cuenta la disposición de los músicos, del director o del equipo de sonido. En muchas ocasiones (todo músico me comprenderá cuando digo que…) el escenario es mucho más pequeño y aparecen los nervios. Esos nervios que no te dejan pensar, que hace que os peléis entre vosotros, que no sabes si llamar al que ha montado el escenario y acordarte de su preciada madre… Pero todo esto se soluciona porque has llegado puntual.

La puntualidad es importante en todo en la vida, pero en el ensayo general te puede salvar de morir de un ataque de estrés…

Y en el ensayo general, cuanto más breve sea mejor. Probar el principio de cada pieza y ver la sonoridad del auditorio o del local es suficiente para adaptarse a ese sitio. Cuando se alarga mucho un ensayo general, el músico llega a perder esa preciada concentración o mucho peor, he visto varias veces en instrumentistas de viento que están tan cansados que no pueden hacer un concierto como deberían.

CONCIERTO

¡Disfruta! Es Tu momento, es VUESTRO momento.

Alguien puede leer este post y pensar que dependiendo del tipo de música que toques, o dependiendo del grupo en el que estás debes interactuar de una manera u otra con el público en el momento del concierto, pero no os engañéis. Cuando el músico disfruta de lo que hace, cuando siente la música, se rompe esa barrera que separa el escenario del espectador, y da lo mismo que sea Rock, que Clásico, que (aunque no sea santo de nuestra devoción) Reggaeton.

El secreto está dentro de ti, y se llama sentimiento.

Y para terminar, os dejaremos una frase del Maestro Beethoven que resume lo que andábamos diciendo: “Tocar una nota equivocada es insignificante. Tocar sin pasión es imperdonable”